¿Te han vendido una tarjeta de crédito “flexible”? Cuidado: podrías haber contratado un crédito revolving

El verano es uno de los momentos del año en los que más se utilizan las tarjetas de crédito.
Muchos consumidores financian sus vacaciones o gastos asociados con productos que, en apariencia, ofrecen una forma cómoda de pago aplazado. Pero lo que comienza como una solución temporal puede acabar convirtiéndose en una trampa de deuda a largo plazo.
Uno de los productos financieros más problemáticos en este sentido es el crédito revolving. Muchos afectados lo contratan sin saber realmente lo que implica y acaban pagando durante años sin ver apenas reducida su deuda inicial.
¿Qué es un crédito revolving?
Un crédito revolving es una modalidad de financiación en la que el consumidor dispone de una línea de crédito renovable: puede gastar hasta un límite determinado y, a medida que devuelve dinero, vuelve a tenerlo disponible. Lo más habitual es que se gestione a través de una tarjeta de crédito.
La clave está en que el pago de las cantidades adeudadas se realiza mediante cuotas mensuales fijas o mínimas, que apenas reducen el capital pendiente. Como resultado, la deuda se alarga en el tiempo y el cliente acaba pagando grandes cantidades en intereses.
Además, en muchos casos estas tarjetas incluyen una cláusula de capitalización de intereses: si en una cuota no se pagan todos los intereses generados, la parte impagada se suma al capital pendiente y empieza también a generar nuevos intereses. Es lo que se conoce como anatocismo o intereses sobre intereses, un mecanismo que dispara la deuda.
¿Cómo saber si tienes una tarjeta revolving?
Si sospechas que puedes estar afectado por un crédito revolving, estos son algunos indicios claros:
- Forma de pago: Tu tarjeta permite pagar en cuotas fijas o un porcentaje del saldo cada mes.
- Interés elevado: Estás pagando un interés muy alto, normalmente por encima del 20 % TAE.
- La deuda no baja: Aunque pagas todos los meses, el saldo pendiente se mantiene o incluso aumenta.
- No fuiste bien informado: No recuerdas haber recibido una explicación clara y detallada sobre el funcionamiento del producto o sus consecuencias.
- Revisa toda esta información en la app o banca online de tu entidad. También puedes solicitar el contrato original y el cuadro de amortización histórico para comprobar cuánto has pagado, qué parte ha ido a intereses y cuánto se ha amortizado del capital.
¿Qué puedes hacer si estás afectado?
En muchos casos, estos contratos pueden ser nulos por usura o por falta de transparencia, según la jurisprudencia del Tribunal Supremo. Si estás pagando intereses desproporcionados o firmaste el contrato sin recibir información clara, podrías reclamar la nulidad del contrato y la devolución de cantidades.
En Hidalgo Abogados y Asesores somos especialistas en productos bancarios abusivos y podemos ayudarte a analizar tu caso sin compromiso.