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Ane Jauregialzo

Responsabilidad civil extracontractual: todo lo que debes saber para poder reclamar tu indemnización

La responsabilidad civil supone la obligación de reparar un daño causado a otra persona, ya sea por acción u omisión. Su finalidad es compensar a la víctima y situarla, en la medida de lo posible, en una posición equivalente a la que tenía antes del hecho dañoso, normalmente mediante el pago de una indemnización económica.

  1. Tipos de responsabilidad civil en función de su origen
  • Responsabilidad contractual: Es la responsabilidad que nace de un incumplimiento de un contrato previamente existente. Es decir, surge del daño que provoca una parte a otra cuando incumple un contrato. Ej: Impago de rentas, no entrega de material comprado, o su entrega fuera de plazo, etc.  
  • Responsabilidad extracontractual: Surge de un acto ilícito o negligente que causa un daño a un tercero, sin que exista ningún vínculo contractual previo. Ej: accidente de circulación, caída en un supermercado, etc. 
  1. Plazo para reclamar: El plazo para poder reclamar la responsabilidad civil extracontractual será de 1 año desde el accidente o hecho causante del daño, salvo que del mismo hayan resultado daños personales y/o secuelas, o cualesquiera otros a cuya valoración o cuantificación no pueda procederse en el momento. En ese caso, el plazo comenzará en el momento de estabilización de las mismas, es decir, cuando el proceso de curación ha finalizado, o no es susceptible de poder mejorar en el futuro, puesto que, hasta ese momento, no podrá el perjudicado cuantificar la indemnización total que le corresponde.

Importante: En caso de que el plazo esté cercano a finalizar, es importante enviar una reclamación extrajudicial que nos permita reiniciar el plazo de reclamación, y con ello, ganar otro año más para presentar la demanda judicial.

  1. Requisitos legales para que concurra responsabilidad civil extracontractual: Para exigir este tipo de responsabilidad civil, es necesario que concurran los siguientes requisitos legales:
  • Daño efectivo: es imprescindible que se haya producido un perjuicio real y verificable, ya sea físico, material o moral. 
  • Culpa o negligencia: debe constatarse que hubo una falta de cuidado, atención o diligencia exigida, que puede calificarse como grave, leve o muy leve. 
  • Nexo causal: es necesario que exista una relación directa entre la conducta y el daño producido. 
  1. Sujetos responsables: 

El responsable del daño, y, por tanto, obligado al pago de la indemnización que resulte, será siempre el causante del mismo, es decir, el autor del acto dañoso, o titular del bien que provocó el daño. 

No obstante, casi en la totalidad de los supuestos, además, podrá reclamarse a la compañía aseguradora del autor o responsable directo, lo que aumenta considerablemente las expectativas de cobro, limitando proporcionalmente el riesgo de insolvencia del obligado principal o responsable principal del daño.

  1. ¿Qué conceptos pueden reclamarse?

La indemnización puede abarcar todos los perjuicios derivados del hecho dañoso, siempre que estén debidamente acreditados. Entre ellos se encuentran:

  1. Gastos sanitarios y de recuperación: incluyen todo tratamiento médico, medicación, pruebas diagnósticas, ortopedia, rehabilitación y otros medios necesarios acreditados por informe facultativo. 
  2. Gastos de desplazamiento: Pueden reclamarse los costes de transporte derivados de acudir a consultas, rehabilitación u otros servicios médicos, siempre que se justifiquen y estén relacionados con el daño.
  3. Daños materiales: Comprenden los bienes dañados por el incidente: ropa, dispositivos electrónicos, vehículos, etc. Es necesario probar su existencia y valor, mediante facturas, presupuestos, testigos o medios de prueba equivalentes.   
  4. Lucro cesante: Se refiere a la pérdida real de ingresos como consecuencia del daño sufrido, la cual debe acreditarse mediante documentación que demuestre la pérdida económica real y efectiva, y no una mera expectativa de ganancia.  
  5. Daño moral:  Comprende el menoscabo emocional o dolor sufrido por la víctima, valorado por la gravedad, tiempo de recuperación y posibles secuelas
  1. ¿Cuándo puede reclamarse la responsabilidad civil?

Existen numerosos supuestos en los que una persona puede reclamar indemnización por los daños sufridos. Algunos de los supuestos más comunes son, a modo de ejemplo:

  1. Accidentes de tráfico: La persona que provoca un siniestro vial está obligada a compensar tanto los daños físicos como los perjuicios materiales ocasionados a terceros. Esto incluye, por ejemplo, los costes médicos, la rehabilitación, la reparación del vehículo o la sustitución de objetos dañados.
  2. Accidentes en lugares públicos: Si alguien sufre una lesión debido a condiciones inseguras en un comercio, restaurante, supermercado o cualquier espacio público, el titular del local puede estar obligado a reparar el daño. Ejemplos frecuentes son caídas por suelos resbaladizos, mobiliario defectuoso, escaleras sin protección adecuada o señalización insuficiente.
  3. Daños en Inmuebles: Un propietario o inquilino puede ser responsable de los daños que su inmueble cause a terceros. Casos típicos son las humedades o filtraciones que perjudican al piso contiguo, desprendimientos de fachadas, roturas por obras mal ejecutadas o instalaciones defectuosas que ocasionan perjuicios.
  4. Negligencia médica: Si un profesional sanitario actúa de forma imprudente o contraria a los estándares médicos, y ello causa un perjuicio al paciente, surge la obligación de indemnizar. Esto abarca supuestos como diagnósticos equivocados, tratamientos inadecuados, errores en cirugías o falta de seguimiento clínico.
  5. Daños causados por animales: El dueño de un animal es responsable de los daños que este provoque, como mordeduras, ataques o deterioro de bienes de terceros.

La responsabilidad civil permite que las víctimas de un daño obtengan reparación económica por perjuicios físicos, materiales o morales. Para ejercer este derecho de forma eficaz, es fundamental conocer con exactitud los tipos de responsabilidad, los sujetos responsables, los plazos de reclamación y los elementos que la sustentan.

Igualmente, conservar todas las facturas, recibos e informes relacionados con los gastos derivados del incidente o sus consecuencias es de vital importancia, ya que sirven para acreditar los daños y garantizar una indemnización completa, lo que es lo mismo, la reparación integral del daño.

¿Has tenido algún incidente y no sabes si te corresponde una indemnización? En Hidalgo Abogados y Asesores te ayudamos a valorar tu caso y cuantificar tu indemnización. ¡Consúltanos!