Líder que no delega, equipo que no crece

Líder que no delega, equipo que no crece
Durante mucho tiempo se ha aplaudido al líder que lo hace todo:
el que revisa cada detalle, el que no delega porque “prefiere asegurarse”, el que lleva todo sobre los hombros.
Sin embargo, hoy ese modelo está en entredicho. No solo desgasta, sino que frena el desarrollo de los equipos.
No delegar no siempre es una cuestión de ego. Muchas veces es miedo.
Miedo a que algo se haga mal, a que no salga como uno espera, o incluso, miedo a perder el control y no saber qué hacer con ese espacio que queda libre.
Es un tema del que se habla poco, pero se percibe.
Y se transmite. Cuando un líder no confía, el equipo lo nota.
Y cuando un equipo no siente confianza, difícilmente se atreve a crecer.
Delegar no es soltar
Delegar no significa desentenderse. Es implicarse al principio para después dar espacio.
Es acompañar sin invadir.
Es aceptar que los errores pueden ocurrir, pero entender que el aprendizaje que viene con ellos vale más que la perfección.
Una práctica que impulsa el crecimiento
En Hidalgo Abogados y Asesores lo estamos viviendo de primera mano.
Delegar y confiar nos está permitiendo crecer sin perder nuestra esencia, fortalecer la colaboración entre áreas y crear un entorno donde cada persona asume un rol real, con responsabilidad y respaldo.
A veces cuesta, y no siempre sale perfecto. Pero funciona.
Porque cuando se confía, se avanza distinto.
No sin errores, pero con mucha más solidez, implicación y sentido de equipo.
Por Marlene Ferreiro – Departamento de RRHH, Hidalgo Abogados y Asesores